PALABRERÍAS

Blog de un adicto a la palabra.

Los diez pasos del diseño de una novela

Desde que inicié mis primeras torpes andaduras en el mundillo de la escritura, me preocupó encontrar una manera organizada y estructurada en la que poder vertebrar aquello que quería escribir. El caso es que siempre el proceso era el mismo: iniciaba con alguna idea más o menos vaga, más o menos interesante, y me ponía en marcha por medio de la escritura a machetazos, de la que ya os he hablado en alguna ocasión.

Este era un sistema que me funciona aún para cuando estoy bloqueado, o no tengo ideas que me convenzan. Escribir sin una dirección concreta me pone en movimiento, y ya se sabe: andando se hace camino.

A veces este paseo por la jungla de las ideas puede llevar a dar con algo concreto, de textura más o menos sabrosa en unas dos o tres lineas, parrafos. A veces te lleva hasta 97 páginas de un borrador sin sentido encontrar un camino para escribir algo interesante.

Tratando de buscar una sistemática de creación que me ayudara un poco en la tarea de pre-pensar, o pre-escribir aquello en lo que quisiera trabajar, fui a dar con el Método Snowflake para escribir una novela. El Método Snowflake (o método de los copos de nieve) es un sistema interesante acuñado y vertebrado por Randy Ingermanson. Os lo resumiré en esta primera parte para luego daros más detalles de su funcionamiento en un segundo post.

La cosa viene así: una novela o las ideas que van a dar con ella se va formando por medio de capas de ideas que se van amontonando y dando forma hasta coger una textura bella y armoniosa.

En verdad, el método Snowflake tiene mucho que ver con los fractales (arrea, las mates se han metido también en el mundillo literario…).

Bonita figura, ¿eh?

Pues bien, esta figura se forma en diferentes etapas, en base a diferentes capas, de figuras trigonométricas:

Impresionante ¿verdad?

De la misma manera que se forma la figura fractal de la derecha, se puede dar forma a una novela, pasando de una idea/forma simple, a formas complejas y bellas.

¿Cómo?

Lo importante es tener claro el concepto de diseño -en mi caso, me gusta más hablar de pre-diseño, ya que una obra no está acabada hasta que está puesto el punto final del borrador definitivo que puede ser el quinto o el sexto (o el primero), y aún así…

Hay que prediseñar la novela o la narración en base a una serie de ideas simples que van evolucionando, van interactuando hasta dar a parar con la forma definitiva.

Es importante saber, con todo, que ese pre-diseño, nunca puede ser definitivo, pero sí ese copo de nieve que comience a rodar cuesta abajo, se convierta en bolita, bola gigante, alud, y en su última definición, una avalancha creativa perfecta, bella y armoniosa.

En un siguiente post, os detallaré el método que enseña Randy Ingermanson para poder diseñar nuestro propio fractal literario.

Un saludo, palabreros

miércoles diciembre 13, 2006 Posted by | El Arte de Palabrear | 10 comentarios